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Página | 6

su cuerpo, no es lo material, la carne,

si no la

representación

que se tenga

de él. Esto nos remite a las deforma-

ciones perceptivas, como las que se

observan en los casos de anorexia,

que hoy tendremos oportunidad de

escuchar.

También sabemos que el cuer-

po es la sede del SÍNTOMA, que se

puede manifestar como angustia, por

ejemplo.

De acuerdo a la óptica que uno

tenga, se puede considerar al síntoma

como algo a suprimir o como algo a

descifrar, como un mensaje donde se

aúnan significante y goce.

Ahora, ¿cómo puede verse a-

fectado este cuerpo?

1- por la CONVERSIÓN HISTÉ-

RICA:

La conversión es un síntoma

que afecta al cuerpo pero que es sus-

ceptible de un desciframiento incons-

ciente, con su consecuente modifica-

ción por medio de la palabra.

Los síntomas histéricos – como

todos los síntomas neuróticos en gene-

ral – son un intento de defensa en una

situación que no se sabe cómo resol-

ver.

Freud nos indica que la libido

desligada de la representación reprimi-

da (representación: concepto mental)

se transforma en energía de inerva-

ción. Destaca su significación simbóli-

ca, ya que son estas representaciones

reprimidas las que se expresan a tra-

vés del cuerpo. Esta representación

sería una máscara o pantalla frente a

lo sexual.

Se reprime la representación y

el afecto inerva el cuerpo; hay una

transformación de energía psíquica en

energía somática.

Ejemplos: parálisis (sin anoma-

lías en nervios ni músculos); ceguera

(sin lesión de ojo ni de los componen-

tes nerviosos del sistema óptico), entre

otros.

2- por la HIPOCONDRÍA:

Freud considera que tiene las

mismas manifestaciones corporales de

una enfermedad orgánica, por las sen-

saciones penosas y dolorosas que la

caracterizan.

Sin fundamentos, el paciente

cree que padece alguna enfermedad

grave. La característica más importan-

te de la hipocondría, es la preocupa-

ción o miedo a padecer, o la con-

vicción de tener, una enfermedad gra-

ve, a partir de una interpretación del

personal de alguna sensación corporal

u otro signo que aparezca en su cuer-

po. Por ejemplo, toses, heridas peque-

ñas, mareos, cefaleas, lunares.

La diferencia con la enfermedad

orgánica, es que ésta tiene su funda-

mento en alteraciones comprobables y

la hipocondría, no.

También Freud hace referencia

a que la

enfermedad orgánica

pro-

duce una particular distribución de la

libido y pone como ejemplo al "poeta

del dolor de muelas", donde expresa al

respecto: "concentrándose está su

alma en el estrecho hoyo de su molar".

O sea, que pierde su interés por el

mundo exterior y se concentra en su

dolor, concentra su libido sobre el ór-

gano que lo aqueja. Tal es así, que la

persona en esas circunstancias, deja

de amar.