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todo lo antedicho, sabemos que no de-
bemos ubicarnos en un rol de vigilan-
cia o control de su alimentación, pero
tampoco debemos ser cómplices de
sus conductas. El AT tendrá la difícil
tarea de ofrecer al paciente un lugar
novedoso en este sentido, permitiendo
una escucha y dando lugar a la pala-
bra del paciente. No desconocemos
que el paciente necesita alimentarse, y
esta será parte de nuestra tarea. Siem-
pre recordando que debemos ocupar
un lugar diferente, lejos de la insisten-
cia. Es importante trabajar en estos ca-
sos interdisciplinariamente, ya que es
el nutricionista quien se ocupa especí-
ficamente de su alimentación.
En palabras de Lacan,
“
el aná-
lisis de la anoréxica, como de cualquier
otro sujeto, apunta a la relación del suj-
eto con su deseo, no de un cuerpo con
el alimento
”.