Página | 18
E
l presente artículo, surge co-
mo corolario de lo trabajado en la me-
sa
“Armar-se un cuerpo: el cuerpo en
la esquizofrenia y la función del AT”
,
presentada en el marco de la X Jorna-
da Anual de Anudar: “El cuerpo en la
clínica: atravesamiento desde diferen-
tes discursos", que tuvo lugar el pasa-
do 14 de noviembre del corriente año.
Tomando como referencia la
teoría psicoanalítica, podemos situar
que el cuerpo no está dado de entrada,
sino que es efecto, se constituye en el
transcurso de la vida de alguien. Por
lo tanto, tener un cuerpo y vérselas
con él, no será tarea sencilla para nin-
gún ser hablante.
Se volverá necesario hacer la
diferencia respecto del cuerpo en el
discurso de la ciencia, la medicina y la
biología. La palabra cuerpo proviene
del latín
corpus
y tiene varios usos, pe-
ro a efectos de la diferenciación antici-
pada y siguiendo a la Real Academia
Española, podemos entender al cuerpo
biológico como el grupo de sistemas
orgánicos que conforman un ser vivo,
algo que posee tamaño limitado y que
es apreciable por los sentidos. Sin em-
bargo, si bien no hay cuerpo posible
sin un cuerpo biológico, no necesaria-
mente coinciden, sin dudas no será lo
mismo un cuerpo que se ama, se odia,
se goza, se sufre, se lastima, que un
conjunto de sistemas orgánicos que
dan cuenta de un ser viviente.
Freud ubicó la cuestión en tiem-
pos muy temprano de su obra, al dife-
renciar las parálisis histéricas de las
parálisis motrices, señalando que: “
La
lesión de las parálisis histéricas debe
ser por completo independiente de la
anatomía del sistema nervioso, puesto
que la histeria se comporta en sus
parálisis y otras manifestaciones como
si la anatomía no existiera, o como si
no tuviera noticia alguna de ella.”
(Freud, S., 1886-1899).
En la histeria,
serán las palabras las que marquen un
cuerpo al punto de que un correlato
orgánico de la afección corporal se
vuelva imposible de delimitar. Este
cuerpo marcado por el significante, por
la relación singular de un sujeto y el
Otro, sus otros, su historia y sus atra-
vesamientos de época, será el cuerpo