

Página | 38
problema mío, sino que es una cons-
trucción social?, ¿me voy a adaptar?,
¿voy a sufrir?, ¿voy a hacer algo que
no sea ni adaptarme ni sufrir y que sea
un entre?, ¿qué hago? Bueno, en prin-
cipio lo digo y lo expongo, tengo la va-
lentía de hacerlo. Me parece que algo
de lo que le pasa a la gente cuando ve
la obra es esto también: “¡ah! Yo lo
repienso pero ni en pedo lo digo”. Me
parece que el sistema en donde vivi-
mos es muy cruel desde muchas for-
mas, y se encarga justamente de dis-
gregar a los cuerpos, de separarlos, de
destruirlos, de empobrecerlos, hasta
de subjetivarlos de un modo serial, y
cuando decidís parar con la serie, ahí
es donde estalla lo fuerte de la obra.
Para mí tiene que ver con eso, jus-
tamente con las construcciones de
cuerpos y de subjetividad que hacen,
por lo menos esta época que es en la
que vivo, en un sistema capitalista. Có-
mo se va transformando ese sistema
que es muy inteligente y muy perverso
a la vez, que se nos mete o es parte
del cuerpo, los microfachismos que to-
dos tenemos, porque como así como
yo digo un montón de cosas, de pronto
viene un pensamiento que es disrupti-
vo, que también es lógica capitalista
pura: “ay, mirá la pollerita que se pu-
so”, este es un ejemplo, pero me pa-
rece que tiene ver con ser conscientes
de que aunque nos hagamos los pro-
gres, el capitalismo nos atraviesa y
pensamos desde esos lugares cínicos
y crueles, al mismo tiempo que trata-
mos de deconstruirlos.
E- Es interesante esto que de-
cís, porque el personaje se empieza
a preguntar sobre estos cuerpos
signados por esta lógica, ¿vos
crees que es posible inventar otra?
T- Sí, yo creo que es posible,
creo que no lo voy a ver, ni vos, ni en
cien años. Siento que sí, desde poder
ponernos en cuestión estas cosas, en
esos pequeños granitos de arena y
empezar a desnaturalizar ciertos mo-
dos de hacer, de sentir, de pensarnos,
va a hacer que en un futuro cambie.
¿Por qué creo que es posible? Porque
también hubo otros sistemas que fue-
ron mutando a lo largo del tiempo. Si
vos le preguntabas a un señor feudal,
¿usted cree que de pronto un día…?
¡No! Y de pronto la fábrica, el alam-
brado, la propiedad privada. Eso tam-
bién, ¿no?, pensar que los cuerpos
son propiedad privada, ¿de quién?,
¿de qué? Me parece que sí es posible,
que hay que pensar un montón de
cosas que no voy a ver, pero no por
eso voy a dejar de pensarlas.
E- ¿Y en el personaje?
Parecería por lo que contás, que
algo de este poder pensarse lo lleva
a estar más advertido.
T- Yo creo que el personaje a lo
largo de la obra se va volviendo más
consciente y más sufriente de sí
mismo, pero no sólo de sí mismo, sino
contextualmente, digamos. Es lo que le
pasa al personaje con todo el
atravesamiento que decíamos, de
época, social, y al poder irse volviendo
más consciente y sufriendo a lo largo
de todo lo que va pasando durante las
escenas, que a la vez también es vida
propia, es atravesar su vida. También
poder atravesarlo de un modo cons-
ciente, quizás se ve pero no se ve en
la obra, tiene que ver más con el final y